Chica leyendo un libro de romance en una banca del parque en invierno

No es ningún secreto que en la literatura, como en todo, existe un doble estándar en las críticas al género romántico derivado de la sociedad patriarcal en que vivimos.

No se mide con la misma vara lo masculino que lo femenino. Y esto también es evidente en las aficiones.¿Han notado como las aficiones «masculinas» (videojuegos, deportes, cómics) tienden a percibirse como algo «cool» mientras que las «femeninas» (novelas o películas románticas, o ropa y maquillaje) son vistas como cursis o frívolas? (hablo de forma general, no estoy diciendo que esas aficiones sean exclusivas de determinado género).

Esto quedó muy claro con la forma en que la saga de Twilight pasó de ser la historia de culto de unos, al objeto de burla y desprecio de las masas. Cuando la saga se masificó después del éxito de la primera cinta, con la segunda llegó también una avalancha de críticas, muchas injustas. Básicamente porque los hombres fans de los vampiros aterradores, no pudieron tolerar un vampiro romántico, bonachón y brillosito.

Y dado que la mayor parte del fandom de Crepúsculo eran mujeres, pues todo acabó en que hoy en día, decir que eres fan de la saga te convierte en objeto de burla. Todo el mundo se trepó al carro del hate y quienes fueron fans de la saga ahora la desprecian.
Eso sí, nadie se atrevería a decir que es por demás ridículo ver a todos esos hombres adultos corriendo al cine a ver películas de superhéroes… aunque sea tan vergonzoso o tan respetable como ser fan de Twilight.


En fin, el caso de Crepúsculo tiene mucha tela de donde cortar, así que hablaré de eso en otro post, pero ahora me enfocaré en la novela romántica en general.
El simple hecho de que en Estados Unidos ya exista un «género» llamado Women’s fiction es para alarmarse. ¿Por qué? Porque implica decir que lo que escriben los hombres es de interés universal, mientras que lo que escriben las mujeres solo interesa a las mujeres. Implica que las mujeres tienden a escribir cosas cursis o frívolas, mientras los hombres, cosas importantes y profundas.

Hasta Netflix tiene (parece que ya la cambiaron)  una categoría, bastante ofensiva desde mi punto de vista, llamada: «Programas melosos protagonizados por mujeres». Por supuesto, no existe nada en contraparte del tipo «Programas rídiculos de balazos protagonizados por hombres».

Pero retomando el tema de las novelas escritas, se dice también que son simples y predecibles. Lo predecible es premisa del género, ya que para que sea novela romántica debe, sí o sí, tener un final feliz, lo cual ya le quita parte del elemento sorpresa de otros géneros literarios. Pero si somos justos, cada género tiene sus características distintivas, por ejemplo, en la fantasía tenemos elementos como el viaje del héroe, el elegido, aspectos mágicos, etc.

Y respecto a la calidad, en la novela romántica hay de todo, como en todos los géneros. Historias ligeras, unas feel good, otras más dramáticas, otras divertidas, otras con poca acción. Unas más simples, otras complejas, otras muy dinámicas, algunas tramas lentas. Lo interesante de todo ello, es que para todo hay gustos. Todos los estilos de historias, de todos los géneros, conectan con determinados lectores. Hay de todo para todos, y ningún género es mejor que otro.


Para que podamos hablar de igualdad de género, este tema, como muchos otros, debe ser corregido. Y mientras la narrativa general siga menospreciando lo femenino, todavía nos falta mucho por recorrer. Pero la esperanza es lo último que muere. 


Arrivederci

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